Hombre puro,
hombre esencia, hombre palabra.
Ser que estuvo, o que está siempre presente
porque los ojos sólo sirven para ver contornos,
pero no son útiles para ver el alma.
Y el alma está en la luz,
en el viento de la tarde cuando el sol
se prepara a dormir su noche larga,
en el canto de algún pájaro silvestre
que cruza el cielo con sus raudas alas-
Él está allí
con la misma figura algo encorvada
cual si fuera un árbol primavera,
inclinado por peso de los frutos
que son los años de sus nudosas ramas.
Desde un rincón perdido en fiel espera
su bastón es un eco de nostalgia
y la antigua gorra de viejo casi sabio,
añora en su círculo vacío
aquel cubrir de algodonosas canas.
Me abarca patriarcal
desde el tiempo ya sin tiempo,
desde la eternidad de las cosas que no pasan,
y al inclinarme ante la fosa de su cuerpo
me sobrevuela en los oídos su enseñanza.
Entonces, se hace nítido el recuerdo
en la curiosa voz de alguna lágrima
que al barrerme las pupilas con tristeza,
truecan mis ojos de mirar contornos
en estos ojos que miran su alma