Poema descalificado por incumplir las bases del certamen en su apartado nº 4.
«4. La extensión de los poemas tendrá un límite entre 10 versos mínimo y 60 máximo.»
Según me señalan, ya tienes otra amante
Yo lo se y siempre lo supe, lastima que la prisa
Nunca sea elegante, se que no es usual
Que un alma atractiva se resigne a ser viuda
Sin haber sido esposa, no pretendo discutirte
El derecho de deferir mis penas en los goces
Y en tú lecho, pero el amor cuando llega al olvido,
Aun tiene el derecho de no ser ciego en el universo
Sin un final distinguido.
Perdón, si te lastima mi reproche; perdón
Aunque sé que mi herida es en el espíritu…
Y, para perdonarme, piensa primero previamente
Que no hay mas resentimiento en lo que escribo
Sino en lo que hayas hecho; sepa que pecar
De ignorancia por un alma con el reverso desabrigado
Sin luto, en un desenlace puede ser como viuda
Pero no, como tantas, de un difunto amor, sino,
Para mí solitaria mirada en nuevo día,
Viuda de un gran amor.
Y nuestro amor, ¿si lo recuerdas?
Fue un amor incomparable, al menos, al principio
Ya no, naturalmente tú lo convertiste en la luz
De Abril como crepúsculo a la orilla del mar,
Que, según como lo mires, fue hermoso o afable.
Tú fuiste esa flor del alma, que, según como se corte,
Es algo que no muere o es algo que se concierne
En el ocaso innegable, como tinieblas de amor
Colosal lleno de locura, que viví y fue un ensueño…
Y yo para ti, solamente fui una simple aventura.
Yo jure y perjure, cien veces, ser para siempre tuya,
Yo besaba tus labios, pero no lo creía…sabes
Que te conozco y perdóneme mi veracidad,
Pero en este juramento interviene, diríamos
Que demasiado la dirección del viento.
Por eso no me extraña que hayas tenido otra amante,
A quien quizás, le hallas jurado lo mismo que a mi
Cuando yo a ti en aquel instante, te distinguía
Como caballero graduado a no ser infiel, a mí, así,
De repente, me da considerable, pena por ti.
Sí, es cierto, algún día tú puerta estuvo abierta
Para mi, y yo, hoy asomada en mi ventana,
No me olvido de tu puerta, en esta tarde de diluvio
Para enfocar mi vida atenazada en el mundo frío
Surgida de toda una historia de nuestra intimidad
Recubierta de sal que abraza la piel y también es posible
Que este amor afligido se desdeñe en tu vaso bebiendo
De la uniforme vida en región ajena, sin embargo,
Un amor, como el mío con sed o sin sed, en absoluto
Hubiera pensado en otro después de haberte besado,
Besos de miel con ondas de fuego de mi alma dúctil.
Absuélvame de nuevo con inefable encanto
De Luna blanca, porque los rosales auténticos
Claramente dan rosas sin espinas; yo no tengo
Este pensamiento por ti o por mí, sino por los amores
Que acaban así…pero solo mira, mi distanciado
Caballero, que diferencia había entre tu y yo,
Que al suspirar yo, tu me dibujaba, cuando nuestro amor
Se perfecciona con finales disímiles, y tú seguirás
Besando a otra, y yo, escribiendo los nacientes versos…
Extendidos en la vieja alegría, desolación de otro mágico
Día, no mas unidos, yo sigo siempre, viviendo contigo.