Perlas nacaradas de sal
corrompen tus encías con sonrisas,
bebiendo el peregrino sudor de mirra,
la flema del ajenjo, ángel desértico.
Letras circulando arterias
en el corazón vertiginoso del alma,
cual biblioteca humana transmigrada
bifurcándose por venas y vectores.
Manos vacías de tímidas caricias,
brazos exiliándose de abrazos,
vano será cada latido entonces
si esos ojos se hacinan en sus cuencas.
Músculos amnésicos de tensiones,
tendones distendidos, holgazanes,
fortaleza erigida en ruina ardiente,
Infierno de la otrora joven Muralla.
Destellos implosivos, disonantes,
música del alma amarrando ensueños,
desesperados tulipanes sofocando puentes
y ante el menor desliz truenan Tocata y Fuga.
Cartas de amor jamás escritas,
rostros desfibrilando memorias,
cartílagos de pasión deshilachados,
derrotero del olvido perpetuo y marmóreo.
Letras, caricias y abrazos,
pasión y sensualidad anquilosadas,
braman las perlas rumbo al averno sensitivo,
pulsaciones aceleran el beso in eternun a tu cuello.-