Abre su ala
Muestra su seno
El niño mama
Su desconsuelo
-Madre, no quiero-
Arranca el crío,
De su coraza,
Un quebrado graznido
La luna baja:
-Calla pequeño
Ven a mi falda
Bebe mi leche
Calma tus ansias-
-Madre, no quiero-
Tiembla un metal
Que resquebraja
En sal, el vidrio
De su garganta
El padre cabalga
Un toro de fuego
Los pétreos pitones
Clavan su miedo
Veneno que recorre
Primitivos senderos
Contamina los próximos
Sin barrera ni remedio
Se acerca en estruendo
Remueve la tierra
Y enciende la hoguera
Con restos de ascuas
Arde la luna, lloran estrellas,
Grita la noche su madrugada;
Desvencijada,
Segada de luz por la guadaña
El niño se aleja
Con un canto leve:
“… de azahares blancos
viste la nieve …”
Su estómago, pena
Y herrumbre revuelve
“ … al campo solitario
para que se alegre …”
Su pecho es una bolsa
Hollada en tinieblas
“ … y el viento frío, aroma
que despabila …”
Por la cabeza asoman
Negras culebras
“ … soñolientos anhelos,
vuela la vida …”
Entre la desvenada madre
Escapa rota la suerte,
Como herida cometa
Se desvanece,
Lejos de hilos rojos
Que ya nada prenden.
Y el niño ya no canta
Y el padre es una fuente
Que vierte nueva sombra
A oscuros riachuelos de muerte.