Que me enfrento al papel
y de blanco me impregno,
como novia candente
escapando del lecho.
Encender un cigarro
ya no sirve de anzuelo.
Qué trasnoche servil
de vigilia sin sueño.
Un continuo buscar
los demonios internos.
Un voraz sinvivir
destruyéndome el ego.
Y aunque no sé expresar
esto que a gritos siento,
qué victoria final
cuando al fin se hace verso.