Algo nuestro escapa al yugo, fuera del balance.
Conozco cada letra que compone la palabra
pero no puedo pronunciarla con esta boca seca:
la necesidad se bebió la saliva de un solo trago.
Si algo escapa es porque no es nuestro.
¿Quién lo dejó frente a la puerta y cuando vendrá a buscarlo?
Diciembre aparecerá en el libro de cuentas.
Para ese mes estaba reventado. Podía apenas moverme. Todo fracturado.
Enero. Y pensar que lo peor era el accidente…
Febrero y Marzo. Intentos varios por abrir camino, bajar de la cama.
Hambre. Hambre de cualquier cosa, de una piedra, de un niño,
de una boca, de un puñetazo.
Abril. Fracturas nuevas por intentos. Intentos nuevos y fracturas.
Salida frustrada. Regreso. Nunca volver al reposo. Malestar general.
Vómito a cada hora o menos. Lo que estaba completo se despedaza
y lo despedazado se acumula percudiendo la vista.
Mayo, Junio y Julio. Regalos varios. Todos devueltos.
En medio de la angustia hago las peores cosas:
lloro, me vendo y me vendo para no desangrarme, me desangro,
robo, engaño, miento blasfemo, violento, me hundo.
Agosto. Creo ver alguna luz. Me reviento de rabia
al ver que era un bombillo encendido en el edificio de junto.
Insisto en hablar con Dios. Él insiste en no dirigirme la palabra.
Septiembre. Trabajo de sol a sol para ocuparme y
cambiar de domicilio y así conseguir que la enfermedad no me encuentre.
De nuevo rompo todo intento de oración. El alma se encallece.
En ciertos lugares o momentos alguien me desconecta.
Cuando despierto aparezco en otra parte. Uso máscaras, represento.
Estamos en Octubre. El piloto automático funciona a tropezones.
De la caja negra desapareció la memoria. Lo que suceda se grabará en el viento.
Evidentemente algo escapa al yugo de estas noches.
Lo conozco. Lo conozco y me aterra saber que llega a pedazos
o que guardo los trozos de mi propio invento.
Cuánta fuerza… Qué bueno haber podido transformar este barro en poesía. ¡Suerte en el concurso!
No solo «funciona a tropezones» sino que bastante peor.
En efecto es una rendición de cuentas, una recapitulación del año, un resumen del diario. Tiene momentos interesantes, otros menos, pero el conjunto, sin desmerecerlo, tiene mucho más de relato que de poético (a mi simple juicio, que no es dictamen experto, ni docta cátedra). Porque has establecido los versos según te ha parecido oportuno, sin criterio aparente, de manera que igual se podrían asumir más largos o cortos sin que el relato cambiase, o dicho de otra manera, es prosa cortada en trozos.
Pero, como ya te dije, esto es simple opinión sin ningún otro valor. Por lo demás como relato, insisto en que tiene cosas interesantes.
Te voto con un dos. Aprovecho también para invitarte a leer mi poema, el 139, y que dejes allí tu opinión con la misma sinceridad con que yo lo he hecho aquí.
Un saludo.