Icono del sitio VI certamen Poemas Sin Rostro 2010-2011

165- Identificación. Por Tausk

Animal, hermano mío, tú.
(Lou Andreas-Salomé)

 

Es un día cualquiera. No hace frío.

Las nubes no se mueven. Huele a lluvia.

Oigo tu voz vibrante o descarada

y en ti me reconozco. Somos uno

y una alegría húmeda y tranquila

que olvidaré dentro de diez minutos

aletea en mi boca. No la muerdo.

Como tú he horadado,  infatigable,

la tierra negra, áspera y caliente;

me he llenado la boca de gusanos,

de huesos, de rastrojos y simientes.

Quería ir tras de ti,  volver de nuevo

a ese lugar de vientres y reflujos,

de peces luminosos y consuelo.

Como tú  he aullado,  desquiciada,

mostrando mis colmillos a la luna;

los ojos inyectados,  la garganta

en carne viva de gritos y bilis

y en mis fosas nasales,  irritante,

brutal y ajeno, árido e impaciente

un olor repelente y deseado:

olor de sangre ajena, ¿lo recuerdas?.

Como tú he flotado,  alucinada,

en lagos de mercurio entre los cisnes

que ciegos se atragantan con las migas

de algún amor redondo y envidiable,

entre sirenas muertas y esqueletos

de dodos melancólicos y amables.

Y como tú he caído, finalmente,

de nuevo a tierra con el vientre en llamas,

la pólvora y la sangre entremezcladas

y yo mas sorprendida que asustada.

(Pero he vuelto y tú no a roer de nuevo

los mismos huesos duros,  desabridos.

He aceptado en silencio las cadenas

bajando la mirada, tan humilde.)

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